jornada de estudio : El hombre ante los riesgos naturales en la antigüedad: fatalismo, adaptación, resiliencia
MSH Burdeos, 16 de diciembre de 2022

“Delfos, la Pythô rocosa de Homero”
Didier Laroche, profesor-investigador de la Escuela Nacional de Arquitectura de Estrasburgo (ENSAS), Universidad de Estrasburgo, UMR 7044, ARCHIMEDE, Didier.Laroche[@]wanadoo.fr

Palabras clave: Santuario, rocas, oráculo, Delfos.

La primera impresión que obtienen los visitantes de Delfos, pero también los especialistas, al pasear por el lugar situado en el grandioso paisaje de Fedriades, en torno al barranco de Castalie, es la de un lugar expuesto a todos los peligros: desprendimientos de rocas, desprendimientos de tierra, desprendimientos de tierra. , terremotos, etc. Las huellas dejadas por estas catástrofes son a veces evidentes: edificios derrumbados, reconstruidos, amenaza de inclinación de muchas estructuras. Se acostumbra justificar esta exposición a riesgos subrayando la necesidad imperativa de que el oráculo se establezca sobre una falla que produzca vapores inspiradores ( το χάσμα της Γης ) a pesar de un contexto geológico desfavorable.

Un cierto número de observaciones históricas y arqueológicas permiten cuestionar esta visión fatalista de la creación del santuario, en particular mostrando que los fenómenos geológicos de los que hoy sólo percibimos el aspecto negativo, se expresan también en una visión donde lo sagrado era uno con el entorno físico, una manifestación de los elementos naturales que los delfos tuvieron en cuenta al dar forma al propio santuario. Especialmente en las primeras etapas del establecimiento de las construcciones, notamos que las rocas caídas juegan un papel protagónico, tanto para el establecimiento de las ofrendas como para proporcionar la materia prima para las construcciones. A veces son objeto de adoración o se muestran con respeto cuando ayudaron a detener la invasión persa. La reciente destrucción de las rocas que cayeron en Marmaria en 1905 revela el contraste entre la forma en que la antigüedad y los tiempos modernos miraban las rocas del Parnaso. Mostraremos numerosos ejemplos, conocidos o inéditos, que denotan la capacidad que tenían los responsables del oráculo para hacer frente a las manifestaciones físicas inducidas por el paraje natural.