jornada de estudio : El hombre ante los riesgos naturales en la antigüedad: fatalismo, adaptación, resiliencia
MSH Burdeos, 16 de diciembre de 2022

“Construir un puerto y mantenerlo: un proyecto arriesgado.
El ejemplo del sistema portuario de Narbona » Corinne Sanchez, investigadora, CNRS, Universidad Paul Valéry Montpellier 3, UMR 5140, Laboratorio de Arqueología de las Sociedades Mediterráneas, corinne.sanchez[@]cnrs.fr

Palabras clave: Narbona, sedimentación, defluviación, sistema portuario, línea costera

La creación de un puerto implica asumir riesgos (costosas inversiones, riesgos climáticos, inestabilidad medioambiental, etc.). Narbona, capital de provincia, necesitaba disponer de lugares de intercambio seguros para su desarrollo económico y adaptados a un contexto medioambiental restrictivo. A una docena de kilómetros del mar, la ciudad estaba conectada a un gran complejo lagunar por una ruta fluvial navegable. Las condiciones para establecer un puerto en esta costa arenosa pueden parecer desfavorables con un viento que sopla al menos 270 días al año, un río caprichoso que se adentra en una llanura aluvial y estanques que se llenan de aportes sedimentarios. Sin embargo, este puerto fue uno de los más importantes de la Antigüedad y permaneció activo hasta la Edad Media. Excavaciones recientes ponen de relieve una adaptación constante. Algunas zonas portuarias fueron abandonadas rápidamente, mientras que otras duraron notablemente. Las decisiones constructivas fueron el resultado de experiencias acumuladas. Así, el embarcadero de Nautique fue clausurado en cuanto se construyeron los muelles, lo que precipitó su sedimentación. La desembocadura del río fue entonces objeto de importantes obras para controlar los desvíos y asegurar las operaciones de carga y descarga. Este desarrollo, diseñado para acelerar el flujo de agua y así expulsar la arena, se mantiene desde hace cinco siglos. Se presentarán las decisiones tomadas para construir, mantener y reparar estas obras.